Rev. Rodolfo González Cruz: El matrimonio es una institución divina, Dios lo instituyó, para hacer feliz al hombre y a la mujer y para que juntos formen un hogar y tengan hijos y sean felices.
El matrimonio es para que juntos formen un hogar y tengan hijos y sean felices; los hijos no vivan bajo escándalos y peleas, y golpes entre el papá y la mamá, y los hijos se llenen de odio y resentimiento y amargura. Pero que hermoso es ese momento en que dos enamorados quieren verse y quieren saludarse, y cuando hay altos principios de moral y conducta, el hombre no está pensando en violarla, ni en engañarla, ni la mujer está pensando en entregarse sexualmente al hombre, la Palabra dice: “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla” (Hebreos 13:4).
Hay jóvenes, entre hombres y mujeres, que no se han casado y tienen sus luchas, y ¿quién no las ha tenido? Por tanto aquellos jóvenes y jovencitas están en esas luchas, y se sienten atraídos y sienten deseo sexual, deseo físico; deben de saber que es una lucha normal de la carne, que sólo puede ser frenada cuando Cristo está en su corazón. En la casa donde no ha habido una doctrina cristiana ahí no puede estar el Señor, el demonio reina en ese lugar. Los resultados son: alcohol, droga, violencia, robo y toda forma de pecados. Cuando los hijos crecen en un ambiente así hasta hay promiscuidad sexual; hasta entre los mismos hermanos de sangre, que siendo adolescentes o jóvenes, tienen sexo entre ellos, y los padres no lo saben, se dan hasta casos que la joven sale embarazada y para evitar un escándalo mayor lo que hacen es mentir; pero todo esto proviene por una obra del diablo, el engañador que vino a hacer sufrir y atormentar a la familia.
Dios es santo y quiere que sus hijos sean santos, y para ser santos no se puede pecar, Él dijo: “Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios” (Levítico 19:2). Y el que es santo no practica la fornicación, mucho menos el adulterio.
Amado, el diablo le ha engañado, lo ha llevado a un camino que le lleva al sufrimiento, que le lleva al fracaso, a la derrota. Pero aquí estamos para decir que hay un solo Dios verdadero para: rusos, chinos, americanos, africanos, para todo el mundo. Hay un solo Dios, el que creó al primer hombre y la primera mujer. Dios instruyó a Adán y Eva, los visitaba y hablaba con ellos, hasta que el día que Eva habló con el diablo, y hay mucha gente que habla con el diablo todos los días, con el espíritu malo, que le dice que haga muchas cosas; cuando esa voz te dice que hagas algo malo, que van contra los principios que dice la Biblia que son leyes de Dios, que son buenas y maravillosas para vivir en paz, para vivir feliz sobre la tierra, para tener hogares con la bendición de Dios.
Amado, si el alcohol, la droga, el adulterio, la delincuencia, la prostitución, la homosexualidad, y toda inmundicia están destruyendo tu hogar y tu vida; en este mismo instante los príncipes satánicos tienen que salir en el nombre de Jesús. Dios quiere bendecirte, Él quiere romper las cadenas que Satanás a puesto sobre tu vida y sobre tu hogar. El apóstol Pablo y el hermano Silas dijeron: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa” (Hechos 16:31).
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