EXOCULTISTA SE CONVIERTE TRAS EXPERIENCIA CON DIOS

Encontrar un sentido en la vida y entender el mundo espiritual fue la búsqueda que Heath Adamson emprendió desde su niñez. Y fue durante ese período que tuvo sus primeras experiencias con el mundo del ocultismo, lo que le acarreó serias consecuencias en su juventud, antes de ser liberado por el Evangelio de Jesucristo.
"Recuerdo ver una silla deslizándose por el suelo y una vela flotando en la mesa. Yo vi cosas que nadie debería ver", le dijo a Christian Today, recordando cómo tenía "pesadillas nocturnas tan horribles que lo atormentaron durante años". Él contó que sus angustias espirituales producían úlceras en su cuerpo que la medicina no podía entender ni curar. "Me sentí preso, sin aliento y solo", contó. "Mis experiencias con lo sobrenatural me llevaron a una búsqueda de respuestas. He estudiado la religión y la filosofía", dijo. 
El camino de Adamson comenzó a corregirse cuando un amigo cristiano le invitó a un culto en su iglesia. En esa época, sin embargo, difícilmente estaba sobrio. La droga fue otro medio de fuga de este joven carente de Dios. La decisión de Adamson de visitar la iglesia de su amigo fue el primer paso para algo que cambiaría su vida para siempre. Al llegar a casa, el domingo por la noche, incluso drogado, reflexionó profundamente acerca de todo lo que oyó en el culto y vio su vida desde otro ángulo.
"Pensaba en quién era Dios y qué podía ser la verdad. Recuerdo las lágrimas tibias cayendo por mi cara. Llorar no fue algo que yo solía hacer. Era casi como si el cielo se abriera y, por primera vez en mi vida, sentí el amor real y puro", dijo. La sensación de culpa producida por los años de pecados cometidos le hizo creer que sería discriminado por Dios, pero a través de la oración sincera con el Señor, él vio que no, pues una vez arrepentido, se vio perdonado y justificado por la sangre de Cristo.
"Noche tras noche, después del trabajo, anhelaba llegar a casa y conversar con Dios. La presencia de Dios era tan real, que casi he podido sentirlo respirando en mi rostro", explica. Por último, Adamson entendió la necesidad de confesar a Cristo públicamente y asumir una nueva vida. "Respondí a la oportunidad de conocer a Jesús. Aquella noche, cuando abracé la gracia de Jesús, experimenté cosas bastante notables", cuenta. Hoy sigue buscando a Dios con mucha fidelidad.

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