Al cumplir los 41 años, Cory, un padre de familia, empezó a tener pesadillas perturbadoras. Descubrió que aquellos sueños no eran otra cosa sino los abusos vividos desde su infancia. Buscando la paz en medio de su desolación, Dios llegó a su vida.
Los abusos acontecidos desde su niñez habían marcado su corazón. Cada cierto tiempo, despertaba de sus sueños con pesadillas y llantos desgarradores. “Los recuerdos de mi infancia eran espeluznantes. Fui maltratado por mi abuela de manera inhumana", contó Cory en una entrevista para el portal brasileño Guíame.
Al no encontrar auxilio y sin deseos de vivir, el joven padre decide quitarse la vida. “Sentía que no era una buena persona, que nadie me quería. Eso era devastador para mí”, recuerda Cory. Al paso de las semanas, en un momento de soledad, Cory escuchó de Jesús en un casete de niños.
“Al escuchar el casete, visualicé a mis hijos sentados alrededor de Jesús. Yo también quería sentarme en su regazo, sabía que bajo sus alas yo estaría seguro", contó Cory. Con un hogar al borde del divorcio, el desolado hombre encontró un oasis para sus problemas. "Yo no podía resolver mis problemas. Me postré de rodillas y pedí ayuda a Dios, le dije que cuidara mi y quitará todo el rencor de mi alma”, testifica.
Actualmente, Cory es un fiel cristiano. Convencido de los milagros sobrenaturales que solo Dios puede hacer, imparte su testimonio a miles de jóvenes.
¡Damos la gloria a Dios por sus innumerables milagros, para él no hay imposibles!
(*) Imagen referencial
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