Era un precioso culto de Domingo de Resurrección, y niños y adultos reafirmaban su voluntad de seguir a Cristo hasta la muerte. Minutos más tarde, bombas detonadas por suicidas anticristianos los asesinarían. Mártires que hoy ya están con el Señor. Mártires que serán resucitados con Aquel en el que creyeron. Mártires que volveremos a ver en Gloria.
(*) Con recursos de El País y The Christian Post
Sri Lanka ha sufrido este domingo el ataque más devastador desde que en 2009 terminó una guerra civil de casi tres décadas. Una sucesión de 8 explosiones en iglesias cristianas y hoteles de lujo de la capital de la pequeña isla del Índico, Colombo, y otras dos localidades, causó una matanza con al menos 290 muertos y dejó más de 500 heridos.
El Gobierno había recibido un aviso del jefe de la Policía sobre posibles atentados contra iglesias 10 días antes. Tras el atentado se anunció 13 detenciones y se apuntó a extremistas anticristianos como autores de la matanza. Seis de los ataques fueron perpetrados por siete terroristas suicidas que se hicieron estallar entre la multitud.
Las explosiones originaron un baño de sangre en tres iglesias cristianas y en varios establecimientos hoteleros. Apenas unos minutos después de expresar su voluntad de morir por Cristo, la mitad de los niños de una clase de escuela dominical en la iglesia de Zion en Batticaloa murieron en los atentados suicidas con bombas del domingo en Sri Lanka.
“En la escuela dominical en la iglesia les preguntamos a los niños: ¿cuántos de ustedes están dispuestos a morir por Cristo? Todos levantaron sus manos. Minutos más tarde, bajaron al servicio principal y ocurrió la explosión. La mitad de los niños murieron en el acto", dijo la maestra Caroline Mahendran, según The Christian Post.
“Eran como las 8:30 de la mañana”, dijo el pastor Kumaran, cuando vio al sospechoso del atentado suicida que entraba con una bolsa al templo ya lleno. “Le pregunté su nombre. Dijo que era musulmán y que quería visitar la iglesia". La magnitud de las explosiones quedó reflejada en uno de los templos afectados, con el techo semidestruido, escombros y cuerpos esparcidos, mientras la gente trataba de socorrer a las víctimas.
"La escena fue aterradora. Había sangre y partes de cuerpos esparcidas por todas partes. Fue desgarrador ver los cuerpos de los niños", dijo un médico cristiano local. La primera ministra británica, Theresa May, pide unidad "para que nadie tenga que practicar su fe con miedo". La canciller alemana, Angela Merkel, ha resaltado: "El odio religioso y la intolerancia no deben ganar".
El año pasado hubo 86 incidentes que incluían discriminación, amenazas y violencia contra cristianos, según la Alianza Nacional de Cristianos Evangélicos de Sri Lanka, que representa a más de 200 iglesias y otras organizaciones cristianas del país. Este año, la entidad ha registrado ya 26 incidentes por parte de budistas y musulmanes.
Oremos por las familias de los mártires de Sri Lanka, oremos para que el Señor los fortalezca en estos momentos tan difíciles. Oremos por los heridos, para que Dios los levante según Su voluntad. Oremos por nuestros hermanos perseguidos, para que su fe nunca falte. ¡Dios nos permita vernos en Gloria!
(*) Con recursos de El País y The Christian Post
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